PROYECTO DE VIDA
El proyecto de vida es un plan trazado, un esquema vital que encaja en el orden de prioridades, valores y expectativas de una persona que como dueña de su destino decide cómo quiere vivir. Este proyecto de vida está vinculado de forma directa con la felicidad porque lo que de verdad desea el corazón humano es conectar con el gozo de una vida plena. En esencia, este proyecto de vida recoge los planes que de verdad suman bienestar a una persona que es consciente de aquello que quiere y lucha por conseguirlo.
El proyecto de vida trazado previamente a nivel teórico no siempre encaja como un puzzle en la acción práctica puesto que la vida no se puede controlar al cien por cien. Pero sí es importante que a rasgos generales una persona sienta que está en el punto en el que de verdad quiere estar y que tiene una vida que de verdad le satisface. De lo contrario, surge la insatisfacción interior, el malestar y la tristeza de no estar aprovechando bien el tiempo de verdad.
Lo significativo es tener un proyecto que se plantee una meta, no importa si se cumple a tal o cual fecha prevista, más tarde o más temprano de lo esperado o pensado oportunamente, lo fundamental es delinearse un proyecto personal porque eso implicará desafío, crecimiento y la mirada puesta hacia adelante, algo que siempre reportará beneficios en el desarrollo personal.
El proyecto de vida es individual, sin embargo, existen momentos en los que el proyecto de una persona se cruza con el camino de otra. Así sucede, por ejemplo, en el caso de formar una pareja.
Características:
•Personal:
La elaboración del proyecto de vida obedecerá a tu situación específica, a tus gustos,
necesidades e intereses. Nadie debe realizarlo por ti, tal vez puedas solicitar consejos o
sugerencia a las personas más cercanas sin que ello sea determinante porque es un proyecto
tuyo. Las metas son personales y sólo tú puedes decidir a dónde quieres llegar.
•Realista, objetivo y coherente.
La planeación y el establecimiento de las metas deberán corresponder a tu realidad, a tus
posibilidades, capacidades, aptitudes y habilidades. Esto implica que debes conocerte bien y
reconocer el medio en el que te desenvuelves. Deberás considerar aquello que si depende de
ti, no de lo que otros puedan hacer por ti ni del azar o de una circunstancia externa. Por
ejemplo, puedes planear cuánto ahorrarás porque ello si está en tus manos, pero no puedes
tomar en cuenta que te sacarás la lotería o el “me late” porque eso no depende de ti.
Deberá planearse lo que se espera lograr y especificar lo que se hará para lograrlo.
•Flexible:
Nuestra vida va transcurriendo en diversas y situaciones sean personales, familiares, escolares,
laborales o sociales, que podrían cambiar en algún momento; una enfermedad, un accidente,
un nuevo trabajo, un bebé, la edad que va avanzando, la muerte de algún ser querido, entre
otras, por las que será necesario replantearnos el proyecto de vida, que habíamos definido
tanto en cuestión de las metas como en los medios y recursos con que contemos para
alcanzarlas.
Por esas razones el proyecto debe ser flexible, porque debe tomarse un tiempo para revisarse y
realizar los ajustes que sean necesarios y replantearlo en vista de que las condiciones,
necesidades o la nueva situación, sin dejar de lado la voluntad de conseguir aquello que se
quiere obtener.
Por qué es importante un proyecto de vida:
Un proyecto de vida es esencial, en primer lugar, porque está dirigido a una de las más elementales necesidades del ser humano: la autorrealización. Este proceso prioriza lo importante ante lo accesorio, identificando las decisiones que dotan de sentido al modo en que se vive. Esta distinción se lleva a cabo en el contexto de un plan de acción claro, que diluye la ambigüedad a la que nos expone la convulsión general del entorno.
Los proyectos de vida también contribuyen a la construcción de la identidad, puesto que una persona es en gran parte aquello a lo que dedica su tiempo (sus actos). A través de este análisis podemos determinar qué acciones son congruentes con un sentido más profundo de quiénes somos, en lugar de implicarnos erráticamente en una miríada de actividades que no guardan conexión alguna con nuestros valores o necesidades.
¿CÓMO CREAR UN PROYECTO DE VIDA?
Esta es una de las mejores inversiones de tiempo que puedes hacer y te sugiero empezar a escribirlo ya con la ayuda de los siguientes pasos:
1. EVALÚA TU ESTADO ACTUAL:
Inicia evaluando en qué situación o etapa de tu proyecto de vida te encuentras en este momento. Haz una lista de todas las áreas que tienen importancia para ti (en orden de prioridad) y califica el porcentaje de satisfacción que sientes con cada una de ellas.
2. ESTABLECE TU VISIÓN:
Hazte todas las preguntas que creas necesarias y respóndelas con absoluta honestidad. Por ejemplo:
a. ¿Cuáles son las cosas que deseas lograr?
b. ¿En qué tiempo quieres alcanzar esas metas?
c. ¿Qué tipo de persona deseas llegar a ser?
Si aún no tienes una idea clara de qué quieres hacer con tu vida, empieza por preguntarte cuáles son las cosas que realmente disfrutas y te hacen feliz. Y sin ponerte ningún tipo de limitaciones, imagina tu vida en un futuro y escribe todo lo que ves en tu plan de vida.
Si aún no tienes una idea clara de qué quieres hacer con tu vida, empieza por preguntarte cuáles son las cosas que realmente disfrutas y te hacen feliz. Y sin ponerte ningún tipo de limitaciones, imagina tu vida en un futuro y escribe todo lo que ves en tu plan de vida.
3. ESTABLECE LOS OBJETIVOS:
No solo basta con saber qué es lo que queremos lograr con nuestro proyecto de vida, sino que es necesario entender cómo vamos a cumplir esas metas. Si lo que quieres es ser cantante, probablemente debas estudiar música o tomar clases de canto, baile y/o presencia escénica.
4. CREA UN PLAN DE ACCIÓN:
Las metas que has establecido para tu proyecto de vida deben estar divididas en objetivos a pequeño, mediano y largo plazo, que pueden estar clasificados en logros diarios, semanales, mensuales y hasta anuales. Eso nos ayudará a mentalizarnos y entender que es posible alcanzar nuestros sueños, pero que eso no será de forma inmediata y mucho menos sin esfuerzo.
5. MANTÉN EL ENFOQUE:
Seguramente ya sabrás lo difícil enfocarnos en nuestro proyecto de vida cuando la rutina nos atrapa, y por tal motivo es imprescindible que siempre nos mantengamos apuntando hacia las cosas que queremos obtener. Haz (al menos) una revisión mensual de tu plan de acción y monitorea el progreso que has logrado dentro de cada objetivo.
Objetivos de un proyecto de vida:
- Define objetivos y metas claras para tomar decisiones acertadas.
- Devela y deja asentado aquello que la persona quiere para su vida.
- Busca el desarrollo del autoconocimiento y autogestión.
- Acerca herramientas para lograr las metas personales.
- Permite descubrir gustos personales, valores y habilidades.
- Alinea las decisiones del individuo con su verdadero ser.
- Permite visualizar un futuro. ¿Cómo quiero ser? ¿Dónde quiero estar? ¿Con quién?
- Focaliza la energía del individuo en lo que quiere alcanzar.
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